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sábado, 2 de junio de 2007

Libro de Alexandre. Transmisión

Como ya dije en el post anterior, Uno de las obras medievales que más me fascina es el Libro de Alexandre. Quizá sea el momento de dar forma a las notas que tomé en la última relectura.

El texto se nos ha conservado en dos manuscritos.

Uno de ellos, el denominado P, se encuentra en la Bibliothèque Nationale de París (manuscript espagnol 488) y es de origen aragonés. Copiado en el s. XV, el amanuense atribuye la autoría a Gonzalo de Berceo. Consta de 2639 estrofas. Fue descubierto en 1888.

El segundo, conocido como O, fue copiado bien a muy finales del siglo XIII o en el XIV. Procede de la Biblioteca del Duque de Osuna e Infantado (Sig.: Plut. III. Lit. M. nº 8). Se compone de 154 folios, consta de 2510 estrofas y mide 26 x 17 cm. El incipit es el siguiente: Senores, se quisierdes mio seruiçio prender (fol. 1) y el explicit: Se quisierdes saber quien escreuio este ditado, Johan Lorenzo, bono clerigo e ondrado, natural de Astorga, de mannas bien temprado, el dia del juyzio Dios sea mio pagado. Amen. Finito libro, redditur gratias magistro (fol. 153v.). Posee
  1. Abundantes retoques posteriores.
  2. Calderones en azul y rojo,
  3. Tres dibujos a pluma que representan:
    1. Un rey entre soldados vestidos con cotas de malla (Alejandro Magno junto a la tumba de Aquiles arengando a su hombres) (h. 45v.).
    2. Alexandre desvanecido después de bañarse en el rio Cydnus (h. 53v.).
    3. Un guerrero a caballo en la parte superior de la hoja y, en la inferior, muy borrada por la acción de la humedad, una figura humana cuyos trazos no son perceptibles en su totalidad(h. 154).
  4. Otras ilustraciones de menor importancia. La mayor parte de ellas son sencillos dibujos de muy reducidas dimensiones situados en los márgenes de algunos de sus folios, o bien -mucho más frecuentemente- en el interior de las letras mayúsculas:
  1. Las ilustraciones marginales consisten o en una mano humana que señala, en una ocasión con un puntero (fol. 128r.), hacia una de las estrofas copiadas en el folio correspondiente (folios 10r., 95v. y 131v.), o en un rectángulo irregular que lleva un punto en su interior (fol. 12v.), o en una cara humana (folios 62v. y 124v.).
  2. Los dibujos insertados como ornamentos de letras mayúsculas iniciadoras de estrofas son de dos clases:
  • El primer grupo, y más numeroso, estaría formado por todos aquellos que contienen motivos geométricos o que intentan "vivificar" la letra (Folios 1v., 2r., 2v., 3r., 5v., 8v., 10r., 11r., 11v., 13r., 13v., 14v., 15r., 15v., 17v., 66r., 67r., 67v., 68r., 124r. y 124v.).
  • El segundo lo integrarían aquellas letras en las que se han incluido caras o cabezas humanas (Folios 3v., 10v., 12r., 13r., 16r., 18r. y 19r.).

También conocemos algunas versiones truncadas:

  1. La del Archivo Ducal de Medinaceli (Med., signatura Archivo Histórico, caja 37, documento 50) es del siglo XIV y contiene los primeros veintisiete versos, es decir, llega hasta el verso c de la estrofa 7.
  2. Del perdido manuscrito en pergamino de Bugedo (B) se conservan tres fragmentos (estrofas 787-793, 851 y 1167-1168b), publicados en la Marci Maximi Caesaraugustani, viri doctissimi continuatio Chronici omnimodae Historiae ab Anno Christi 430 (ubi Flav. L. Dexter desiit) usque ad 612 quo maximus pervenit... Madriti. Ex typ. Didaci Diaz de la Carrera. Anno M.D.C.LI., obra póstuma de Francisco de Bivar.
  3. En el capítulo 2 del Proemio del Victorial o Crónica de don Pero Niño (G y G'), escrito en el s. XV por Gutierre Díez de Games, se conservan las estrofas 51-55, 57-58, 61, 66-67, 73, 75-77, 80-82 y 84: (1)

Començó Aristótiles Como honbre bien lenguado,
e dixo: «Fijo, a buena hedad heres llegado.
De ser honbre bueno, fazlo bien aguisado,
si llevarlo quisieres como as començado.

Fijo heres de rey, e as gran clerezía;
de pequeñez demuestras muy gran cavallería;
en ti veo acuçia, qual para mí querría;
de quantos oy biven traes grand mejoría.

Sienpre faz con consejo quanto fazer ovieres;
fabla con tus vasallos lo que fazer quisieres,
serte an más leales si lo ansí fizieres;
sobre todo te guarda mucho amar mugeres.

Después que se enbuelve honbre con ellas una vez,
sienpre va arriedro, e pierde todo el prez;
puede perder su alma, pues Dios le aborresç(e),
puede en grand ocasión caer muy de refez.

No seas enbriago, ni seas ventanero,
ni ames ni escuches al honbre lisongero,
sey en tu palabra firme e verdadero;
si aquesto no fizieres, no valdrás un dinero.

En poder de vil honbre no pongas tu fazienda,
ca te dará mala çaga, do nunca prenderás hemienda;
falleçerte á a la cuyta, como la mala rienda;
meterte á en lugar donde Dios te defienda.

Pero que si tú vieres que puja en bondad,
no mostrar que le amas sería deslealtad;
ca la graçia los hombres no la an por heredad,
sino en quien la pone Dios por su piedad.

Quien los reynos agenos cobdiçia conquerir,
menester le es que sepa del espada bien ferir;
e non deve por dos tantos ni por más fuyr:
o yr cabo adelante, o vençer, o morir.

Fijo, quando ovieres tus huestes a sacar,
los viejos por los niños non dexes de llevar,
que dan firmes consejos, que valen en lidiar,
e quando son en el canpo no se dexan arrancar.

E los que tú sabes que su devdo farán,
diles que lo fagan, que bien te entenderán;
promételes de grado todo quanto querrán,
que algunos [avrá] ende que nunca lo prenderán.

Quando tus henemigos a ojo los vieres,
piensa tu fazienda lo mejor que tú pudieres;
guarda atrás, non te fagas del lugar en que estovieres,
o tú di a los tuyos que serán mugeres.

Cavdilla bien tus fazes, e a paso las manda yr,
e diles que no quieran por nada resurtir;
al que resistir quisiere, fazlo tú referir,
fasta que venga la ora que los tú mandes ferir.

A los de más alexos tiren los ballesteros,
a los de más açerca fieran los cavalleros;
a los algareadores e a los adaragueros,
aquéstos hecharás sienpre por delanteros.

Al entrar de la fazienda tú sey el primero,
muestra buen mandado al que fallares delantero;
no fagas algaradas, ni seas gran bozero,
que los golpes lo dirán quál es el cavallero.

Fiérelos toda vía, no les des vagar,
tanto que no les vague las espaldas tomar;
quien a otro quiere en fazienda perdonar,
él después mismo se quiere con sus manos matar.

Si, lo que Dios no quiera, los tuyos se vençieren,
tú finca en el canpo, maguer que ellos fuyeren;
tenerse an por fallidos quando a ti no vieren;
tomarán sobre ti todos, maguer que no quisieren.

Grande será el ruydo, e grande la contienda;
al que ferir pudieres, nulla res no le defienda,
e si buena fue la yantar, mejor será la merienda;
de las hon[t]as que te fizo allí yaze la hemienda.

Quando, lo que Dios quiera, la lid fuere arrancada,
no te tome cobdiçia a ti de prender nada;
parte lo que ovieres con tu gente lazerada,
que tú llevarás la honra, que vale raçión doblada. (2)


A la vista de estos testimonios, Francisco Marcos Marín (3) propone el siguiente estema:


Es decir, que debieron existir al menos siete manuscritos más o menos completos:
  1. El arquetipo X, perdido.
  2. El subarquetipo [a], perdido, a cuya familia pertenece la mayoría de lo conservado, el subgrupo [G] , del que no podemos decir que constituyera un manuscrito completo, pues nos faltan datos, y
  3. El manuscrito [a'], perdido, origen de:
  4. El manuscrito O, conservado, y el fragmento Med, cuyas características hacen pensar en una copia incompleta, de acuerdo con Willis.
  5. El subarquetipo [b], perdido, del que proceden otros dos manuscritos:
  6. El manuscrito B del que se conservan los fragmentos B, suficientes para hacer suponer que proceden de un manuscrito extenso.
  7. El manuscrito P, conservado, el resto más extenso de la tradición. (4)

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(1) Para la descripción de los códices y los fragmentos, he seguido -fundamentalmente- la que incluye Jesús Cañas Murillo en su Libro de Alexandre. Edición preparada por ... Madrid, Editora Nacional, 1983, pp. 525-527 (para el manuscrito O, además, la que proporciona el catálogo de la Biblioteca Nacional).

(2) Gutierre Díaz de Games. El Victorial. Estudio, edición crítica, anotación y glosario por Rafael Beltrán Llavador. Salamanca, Ediciones Universidad de Salamanca, 1997, pp. 228-235.

(3) Libro de Alexandre. Estudio y edición de Francisco Marcos Marín. Madrid, Alianza Editorial, 1987, p. 28.

(4)
Libro de Alexandre. Estudio y edición de Francisco Marcos Marín. Madrid, Alianza Editorial, 1987, p. 29.

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